EL ESPANTO DE
LA CALLE DEL "MIADERO"

Tomado del Libro "Pereira"
de Ricardo Sánchez A.
Colección Clásicos Pereiranos
No. 2. Año 2002.
 

Pasada la guerra de 1895, los habitantes de Pereira vivieron dìas y sobre todo noches de verdadera zozobra. El terror se apoderó de los pacíficos moradores, porque se trataba nada menos que de un fantasma que recorría de noche las calles de la población y se estacionaba en la "Calle del Miadero". Dicha calle es la cuadra de la calle 18, comprendida entre las carreras 7ª y 8ª, es decir, entre las esquinas de "Blanco y Rojo" y el Hotel Savoy. La llamaban así porque era el sitio más paropiado para ir a satisfacer "esa pequeña necesidad orgñanica", pues eran muy escasos los orinales, y en las pocas cantinas que entonces existían, no pretaban el "cacho" ni la "totuma", sino cuando el "cliente" compraba alguna cosa. Así pues los que se encontraban urgidos de desempeñar esa necesidad fisiológica, tenían que acudir a la "Calle del Miadero". Sucedió, pues, que estando la ciudad visitada por un "fantasma", las gentes atemorizadas se recogian temprano a rezar el rosario y a "rogar" por los muertos con la siguiente oración: "Ánimas que estás en penas, ¡quièn las pudiera aliviar! ¡que Dios las saque de penas y las lleve a descansar!"... Y mientras los ruegos y los rezos se sucedían, en la cantina de don Canuto Mejía situada en la calle real, donde hoy queda la sastrería de "El Chic", frente a la droguería del señor Jorge Gutiérrez, se reunían los "guapetones" de entonces a planear el modo de "coger" el espanto. Asituo contertulio de esa cantina era Ricardo Botero, hermano de Boterito, gran trasnochador y muy aficionado al trago. A Ricardo Botero sus amigos cariñosamente le decían "Gajito" y en aquellos momentos todos se afanaban por atenderlo y ofrecerle trago, porque se mantenìa haciendo alarte de su valor. "Si me prestan una peinilla y me dejan solo - decía Gajito - yo les entrego al espanto vivo o muerto".Dicho y hecho, Una noche cuando ya todos los parroquianos habían abandonado la cantina de don Canuto y éste se disponñia a cerrar, llegó Gajito "copetón" armado de peinilla y dijo a don Canuto: "cierre la puerta y camine véame coger al espanto que lo acabo de verparado en la "Calle del Miadero". Don Canuto vaciló un poco, pero viendo los arrestos de Gajito, se resolvió a acompañarlo y se dirigieron hacia la esquina.Evidentemente, el fantasma estaba parado en la mitad de la cudara de la "Calle del Miadero". Se trataba de una "sombra larga" que hacìa señas con manos y cabeza en ademán de llamar, y llevaba la cara cubierta con una máscara blanca, en la cual se distinguían pintados de negro, ojos, nariz y dientes en forma de calavera...Nuestros héroes se acercaron rápidamente y Ricardo Botero le gritó cuando estaba ya a muy poca distancia: "En nombre de Dios Todo Poderoso y de María Santísima, dígame quién es usted y qué quiere" Por toda respueta el "espanto" se acercó haciendo "musarañas". Don Canuto de miedo se "orinaba en los driles", pero Gajito no se "mosquió" y "pelando" la peinilla dijo: "Si da un paso màs le "Aviento filo..."Ante la "machada" de Ricardo Botero, el espanto prentendió huir pero Gajito le echó mano de un brazo y lo "reconociño"... Se trataba de una persona de carne y hueso, reconocida mujer pública que le había dado por celar a su amante, un conocido comerciante de la Calle Real. La tranquilidad vilvió a reinar entre los habitantes de Pereira. Don Carlos Gómez, que era el Alcalde, impuso una multa de cinco pesos al "fantasma" para que no siuguiera con esas "vagabunderías". Bernando Restrepo C., secretario del Alcalde, puso la "resoluciòn" de don Carlos en conocimiento de la "interesada"...

UNA REALIZACIÓN DE:

II SEMESTRE
LICENCIATURA EN ETNOEDUCACIÓN Y DESARROLLO COMUNITARIO
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA



 
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